TODOS LOS DIAS TENEMOS UN EVEREST QUE ESCALAR

Freddy Villacrés Tapia

programacion-kanban

A primera hora empezaba a llegar el equipo cuya finalidad era mejorar el estado de presentación de uno de las máquinas más grandes e importantes de toda la planta, incluyendo el mantenimiento del piso y de su estructura. Me sentí muy optimista por el entusiasmo mostrado por todos.

Mientras empezábamos y nos adentrábamos en la tarea, ésta se mostraba cada vez más compleja y desafiante. En el terreno nos dimos cuenta que la magnitud de dicha tarea superaba todo cálculo o estimación de recursos. Entonces la pregunta que se nos vino fue ¿Debemos cambiar el plan inicial? ¿Seguimos escalando nuestro Everest? ¿Llegaremos todos a la cumbre?

Pequeños equipos de trabajo se distribuyeron en varias misiones, unos limpiaban en la parte alta de la máquina, el polvo acumulado con el pasar del tiempo, otros limpiaban las lámparas,   mientras otros limpiaban y pintaban rejillas, retiraban cera endurecida cual firme cemento, en fin, el día avanzaba y la disminución de la energía empezaba a reflejarse en la semblanza del equipo y en sus movimientos cada vez más lentos. Llegó la tarde y la limpieza del piso aún no se iniciaba. Hacerlo mediante escoba, agua y manguera era renunciar llegar a la cumbre. Entonces surgió la idea de utilizar una bomba de alta presión que nos permitiría hacer dicho trabajo en menor tiempo y con igual o superior exigencia de calidad. La tarde avanzaba y se hacía más densa. Las llamadas familiares y especialmente de las esposas empezaban con más frecuencia. Paulatinamente se retiraron pequeños equipos que iniciaron con nosotros la escalada y en un momento dado la montaña parecía más inmensa, el espíritu de solidaridad trataba de refugiarse en los últimos cuatro colaboradores que no tenían ni la más mínima intención de abandonar su misión, fueron los que se quedaron hasta el final.

La camaradería y el sentimiento de éxito y de equipo fueron muy notorios al final de la jornada. Aquello y la satisfacción de haber vencido a nuestro Everest, la mayor recompensa.  Sin lugar a dudas el valioso aporte de todos inclusive de los que ya no estaban fue fundamental para alcanzar el objetivo.  Con el agradecimiento al equipo de parte del lider, mentalizador de este ejercicio, se dio por concluida esta exitosa y gratificante jornada.

El ascenso de cualquier montaña se facilita si previamente planeamos nuestro puesto de trabajo y si los líderes realizan la planeación estratégica de sus áreas. A partir de ellas se derivan los planes operativos cuya oportuna ejecución nos hace más fácil ascender nuestro Everest.  La no planificación del puesto y del área de trabajo suma una carga de trabajo muy compleja y pesada a nuestras espaldas con la cual se hace más dificil el ascenso. La aplicación de la planeación y de herramientas de administración del tiempo como la agenda visual de actividades basada en la técnica kanban y otras, hacen que todos como equipo lleguemos a conquistar las más altas cumbres con mayor facilidad.

Que todos los días te propongas escalar tu propia montaña y que puedas decir ¡misión cumplida!, es una de las extraordinarias experiencias que te permitirá estar siempre en las más desafiantes cumbres de tu vida. ¿Estás preparado ya para escalar tu propio Everest? ¿Cuál es tu plan para hoy? ¿Es un reto desafiante?

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