La rutina diaria nos tiene tan inmersos en tantas actividades que hemos perdido la capacidad de asombro por los aspectos simples y sencillos de nuestro entorno, así,  hemos perdido la emoción de ver un pequeño seto entre las grietas del duro pavimento de la calle o la vereda, de apreciar la ventisca veraniega del atardecer y la hojarasca sonora del bambú, de dibujar con nuestra mirada el movimiento helicoidal de la caída de las hojas de los grandes árboles, de escuchar el canto de las aves al amanecer o al atardecer como un canto de la naturaleza a la vida misma, en fin hemos perdido la capacidad de contemplación, vemos pero no observamos. Hemos perdido la sensibilidad,  interactuamos con nuestro entorno pero no lo sentimos, vivimos entonces en un mundo transformado, artificial y falso, que ya estamos sintiendo la necesidad de volver a nuestros orígenes naturales, pero ahora conozco que para eso debemos buscar la verdad, nuestra VERDAD.

Muchas investigaciones advierten sobre esto mediante libros, videos y otros medios, así tenemos UNA VERDAD INCOMODA, HOME, LA ÚLTIMA HORA, SEIS GRADOS QUE PODRÍAN CAMBIAR EL MUNDO,  y todo lo que se

ha dicho alrededor de las Cumbres de la Tierra y sus tratados como el famoso tratado de KIOTO, entre otros. Emulando a Aurelio Díaz Tekpankalli,  autor del libro “Una voz para los hijos de la Tierra”, bajo cuyo nombre participó en una conferencia en el ágora de la Plaza Rodolfo Baquerizo, he querido ser su voz para celebrar este día 5 de junio, día mundial del Medio Ambiente y difundir hacia nuestra Organización su mensaje corto y sencillo sobre la búsqueda de nuestra verdad. Este líder anuncia que “habrá grandes cambios en el planeta” y nos hace un llamado a buscar nuestra verdad.  Nos indica que “la verdad no es interpretativa, que no hay que buscarla en lo profundo porque la verdad es lo que está en la superficie no lo que está oculto, la verdad es lo que está viviendo la persona en el momento, lo que siente y lo que habla de su espontáneo pensar, la verdad es libre,  la verdad es desnuda, la verdad es nuestra responsabilidad con nuestro entorno,  la verdad es que somos parte de la contaminación o somos parte de la solución” ¿en qué lado estamos? ¿Que ha hecho como individuo respecto a este tema? ¿Cual es su verdad?  “La verdad es acción, nuestra verdad es nuestra acción”.

Entonces revisaré los recursos que uso en casa y en el trabajo y cómo los puedo racionalizar o cambiar, revisaré los hábitos que debo cambiar e investigaré consejos para ser consecuente con la recuperación del planeta. Entre las acciones domésticas recomendadas ya he realizado algunas: he sembrado 17 árboles que ya están grandes,  es decir se eliminarán del medio ambiente 17 ton de dióxido de carbono (CO2), gas contaminante que altera la atmósfera terrestre, he cambiado 60 focos incandescentes por focos led con lo cual se  deja de generar 24 ton de CO2, además de reducir el 30% del costo de la planilla eléctrica,  no pido las envolturas para las compras que hago y dejé de visitar las tiendas de comida rápida con lo que ahorro entre el 50 y 70% de basura que constituyen los empaques donde sirven los alimentos dejando de generar 4500 kg de CO2. Dentro de las acciones en la empresa, he institucionalizado las campañas por el medio ambiente mediante el cual se ha logrado una activa participación de todos los colaboradores y los directivos de la empresa, involucrándoles en actividades de reforestación, en la implementación de centros de acopio, estaciones de reciclaje, en el uso de productos no contaminantes para los procesos, en el estudio de la ecología y por sobre todo en la participación de los familiares de los trabajadores para sembrar en los mas pequeños el amor y el respeto por la Naturaleza.